domingo, 3 de octubre de 2010

Idas y Tristezas.

Tantas veces uno cree que todo es para siempre, que siempre van a estar contigo todos aquellos a los que amas; ya sean amigos, familia, amores, o animales. A veces, la vida es dura y cruel, y se lleva de tu lado a un ser tan importante en tu vida, que sientes una tristeza profunda. En tu interior surgen ganas inmensas de llorar, gritar, y preguntarte porque...
Situaciones duras, que te enseñan a ser fuerte y poder superar otras escenas de tu vida. Escenas cambiantes, que te hacen madurar de golpe, y te dicen a gritos que debes saber que no siempre la vida es como tu la imaginas, sino que en ella aparecen baches que te generan dolor, pero a la vez te generan confort. En estos casos, el dolor predomina, ante la perdida de tu mejor amigo en tu casa, el que aunque no te responde a lo que tu dices, te brinda cariño y afecto. Con sus formas de demostar la felicidad: saltando, ladrando, moviendo la cola...
Pero el único consuelo que nos queda es saber que ellos siempre van a estar allí, en tu corazón, guiandote a elegir las mejores opciones y a sentirte segura en tu vida. Como si ellos fueran esa luz que ilumina tu camino y te dice por donde ir, y cual va a ser el camino de felicidad. Son como esas estrellitas que te iluminan en una noche completamente oscura, y donde no encuentras una salida. Allí están ellos, mirandote desde el cielo, y brindandote la seguridad que necesitas. Esa seguridad la obtienes por el siemple hecho de saber que ellos te acompañan, simplemente por ese motivo.
Homero, según algunos, por Homero Simpson. Según otros, Homero de la Iliada.
Da lo mismo, por quien fuera, pero no da lo mismo que hoy 23 de octubre de 2008, Él se halla ido para siempre de mi lado, ese amigo canino que siempre me alegraba mis penas con un simple ladrido o un simple cariño a su modo.
Te amo muchísimo.

 
Casi dos años después, te sigo extrañando con locura.
 
 

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